Loja.- El inventario es precario: una camilla estática deteriorada, otra prehospitalaria y dos mangueras de 50 metros que quedaron inservibles tras los incendios. La cooperación internacional ha sido su salvavidas. La desaparecida Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), junto con las embajadas de Corea del Sur, Brasil y Pakistán, entregaron tres mochilas de agua, cinco trajes, cinco rastrillos forestales y cinco batefuegos, lo que permitió renovar la indumentaria después de ocho años de uso.
Su presupuesto anual es de aproximadamente USD 49 000, pero el Municipio mantiene una deuda de 45 000 dólares acumulada durante una década. El cabildo asegura que no ha podido ponerse al día porque, a su vez, el Gobierno Nacional les debe dinero.
Juan Carlos Santín, alcalde de Quilanga, indicó a Ecuavisa: “Son cerca de 165 000 dólares de manera mensual que el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Economía y Finanzas, transfiere al Gobierno Municipal del cantón Quilanga, pero son cuatro meses de retraso”.
El día a día es más que complejo: no tienen vehículos todoterreno, ni motobombas 4×4 para acceder a las zonas más difíciles. La única motobomba que tenían, entregada en comodato por la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, está dañada.
Eduardo Durán, jefe de Bomberos de Quilanga, lo resumió así: “La única motobomba que teníamos no está operativa por temas mecánicos y por el problema de los incendios. Tenemos la única camioneta Chevrolet del año 1997, que es la única que está operativa. Esa es la realidad, la dura realidad que atraviesa el cantón Quilanga como bomberos”.
Ante la escasez, han buscado aliados. Con el apoyo de programas como Naturaleza y Cultura Internacional y Amazonía Sin Fuego, se formaron brigadas comunitarias en las tres parroquias del cantón. Son 35 voluntarios que recibieron herramientas básicas donadas por organismos y habitantes.
Nipson Abad, bombero, contó: “Ha habido algunos incendios. Han destrozado la naturaleza, las fuentes de agua, entonces eso nos ha motivado también a ser brigadistas para estar preparados y cuidar la naturaleza”.
En paralelo, se implementó un sistema de alerta temprana con semaforización, que indica cuándo es seguro realizar quemas agrícolas y cuándo no. Pero en Quilanga saben que la prueba más dura está cerca. Este mes, con la etapa fuerte de la sequía, este pequeño cuerpo de bomberos volverá a ser puesto a prueba, enfrentando al fuego con más voluntad que recursos.