Zaragoza.- Un helicóptero en miniatura surca el cielo junto al río Gállego. En nueve minutos ha atravesado 2,2 hectáreas y, durante el vuelo, ha captado imágenes de máxima resolución y georreferenciadas. Tras aterrizar automáticamente en el punto de partida, las fotografías, en concreto, 67, son enviadas a los ordenadores de dos bomberos en el parque de Valle de Broto. Comienza la búsqueda.
En los trabajos también participan, en otras zonas, dos perros de la unidad canina y un grupo de voluntarios de protección civil. En poco tiempo, los rastreadores ‘online’ han hallado un indicio y solo unos minutos después localizan a la persona desaparecida. Dan la voz de alarma y, en el terreno, el piloto dirige el dron hasta las coordenadas que marca la imagen y avisa a la víctima mediante unos altavoces de la llegada inmediata de una ambulancia.
En este caso, se trataba de un simulacro puesto en marcha este lunes por el Cuerpo de Bomberos de Zaragoza para demostrar qué son capaces de hacer los dos nuevos aparatos de vuelo no tripulados que emplearán en esta y otras labores. No obstante, cuando se trate de casos reales, se incorporará a los trabajos una red de 40 buscadores virtuales, integrada por bomberos de toda la Comunidad que analizarán las imágenes desde sus propios domicilios o cualquier otro lugar con conexión a internet. Se trata de un proyecto pionero a nivel mundial que pretende servir para multiplicar la rapidez de las búsquedas e incrementar las posibilidades de éxito.
Pero los drones, que han supuesto una inversión de unos 3.500 euros cada uno, no servirán solo para esto. Resultarán claves para incrementar la seguridad y la eficacia en muchos otros cometidos. Tal y como explicó durante la presentación el jefe de la Unidad de Intervención, Jesús Araguás, pueden servir para señalizar los puntos calientes en el incendio de un edificio y saber, por ejemplo, qué zonas presentan riesgo de hundimiento; para delimitar las hectáreas inundadas en una riada o destruir nidos de avispa asiática o intervenir en accidentes con sustancias químicas sin poner en riesgo la salud de los bomberos.
Los mensajes sonoros que son capaces de emitir durante las tareas de rastreo pueden servir, según mencionó Araguás, para comprobar el estado de una persona herida o, incluso, para grabar la voz de los padres de un niño que se haya perdido y ayudar a tranquilizarlo.
Para estar operativa en todo momento, la nueva unidad contará con 18 pilotos especializados (actualmente son cuatro pero en septiembre se incorporarán 14 más). Los nuevos drones se suman a los dos con los que ya cuentan los bomberos del Ayuntamiento, y está previsto adquirir próximamente un quinto de menor tamaño. Son capaces de volar a 30 metros de altura y a una velocidad de 75 kilómetros por hora –aunque la máxima permitida es menor–. Sus baterías cuentan con una autonomía de 30 minutos, pero tienen cinco por unidad y son fácilmente recargables.
Sensores olfativos
Además, los drones disponen de cámara térmica, focos e infrarrojos y admiten numerosos complementos tecnológicos, como sensores olfativos que podrían resultan muy útiles en la detección de cadáveres. «Es una tecnología muy novedosa. Parece inverosímil», consideró Araguás. Asimismo, se pueden utilizar para conseguir cobertura y datos móviles en zonas abruptas.
Con todo, el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, que acudió al simulacro, dijo que la nueva unidad es «sin ningún género de dudas» un «germen» que se va a ampliar en los próximos años. También destacó la «importantísima misión» que los bomberos están llevando a cabo durante la pandemia.
Fuente y foto: www.heraldo.es