La Municipalidad de Pico Truncado preadjudicó la obra del nuevo cuartel de Bomberos que se construirá en la zona Norte en la ciudad, más precisamente en la esquina de calles Santiago del Estero y Ángel Vicente Peñaloza, al lado del edificio de La Muni Más Cerca 2 donde ahora funciona la Dirección de Obras Particulares y la Dirección de Catastro.
El Decreto N°3501 del 23 de septiembre de 2025 señala que se preadjudica la Licitación Pública N°002/2025 para la “provisión de mano de obra y materiales para la construcción División Cuartel 29 en la ciudad de Pico Truncado” a la firma comercial RD Construcciones, con domicilio en calle Mitre 1991 de nuestra ciudad.
La preadjudicación de la obra a la empresa RD Construcciones se hizo por la suma de $634.241.875 con IVA incluido, y desde le municipio se aclara en el documento que se realizará un anticipo financiero del 30%, cumpliendo los plazos de la pre adjudicación, y que “la forma de pago dependerá del desembolso de los fondos de YPF”.
El decreto, que desde ayer lunes está expuesto en el ingreso vidriado de la Municipalidad para su consulta, detalla que la apertura de sobres se realizó el pasado 16 de septiembre, a las 12 horas, y que contó con otros dos oferentes: la firma comercial ‘Millalonco Fabiana Margarita’ y ‘Transportes Figueroa’.
La primera de las empresas había ofertado la obra por un monto total de $632.801.573, mientras que Transportes Figueroa había realizado tres ofertas con montos y formas de pago distintas: $761.090.250 con una forma de pago del 30% a partir de la presentación de la factura y un anticipo financiero del 20%; $634.241.875 (misma oferta que la ganadora), con un anticipo del 30% y pago contado contra certificación de avance de obra; y $824.514.437,50 con un anticipo del 30% y dos pagos a los 30 y a los 60 días de corridos contados a partir de la entrega del certificado.
El lugar elegido
El nuevo cuartel de Bomberos se emplazará en el predio donde solía funcionar el antiguo comedor de YPF. Tras la privatización de la petrolera en la década del ’90, el edificio pasó a manos del municipio. A lo largo del tiempo el edificio fue ocupado por el Club Quebracho y por el INSET. Finalmente, el predio comenzó a estar abandonado durante la pandemia de COVID-19 y de a poco se fue deteriorando.