Historias de Bomberos Argentina

Lleva 15 años en el Cuerpo de Bomberos y se convirtió en un ejemplo

Lleva 15 años en el Cuerpo de Bomberos y se convirtió en un ejemplo

Por las calles de la provincia de Mendoza, el sonido de una sirena despierta curiosidad o admiración. Para Estela Edith Tello Miranda, integrante del Cuerpo de Bomberos de Mendoza, ese sonido forma parte de su identidad. La bombera mendocina lleva 15 años de servicio y por su historia de vida se convirtió en un ejemplo de vocación.

Estela es bombera y pertenece al Cuerpo de Bomberos de la Policía de Mendoza. Tiene 38 años y un hijo de 11, con quien comparte su vida desde hace más de siete años. “Vivimos los dos solitos, nos llevamos muy bien. Es muy inteligente”, contó en diálogo con Sitio Andino. Su familia siempre estuvo ligada al uniforme: su padre fue bombero del Cuartel Central de la Policía de Mendoza y una de sus hermanas también integra el cuerpo de bomberos de Tupungato.

La trayectoria de una bombera mendocina con 15 años de servicio

“De chicas íbamos a todas las fiestas del cuartel. En Navidad, Año Nuevo, el Día del Niño… Era un ambiente muy familiar. Ahí fue cuando vimos la vocación de todos esos seres que trabajaban ahí. Desde entonces supe que quería ser parte de eso”, afirmó Estela.

Sin embargo, su camino profesional no fue fácil. Antes de ingresar a la policía, Estela trabajó en restaurantes y peloteros, siempre en empleos informales. Pero su destino cambió cuando se abrió la inscripción para el primer curso de bomberos en el Instituto Universitario de Seguridad Pública (IUSP). “Mi papá nos avisó y nos inscribimos. Hicimos toda la capacitación y así fue como quedé en bomberos”, recordó.

Desde entonces, pasaron quince años de guardias, emergencias, incendios y rescates. En su memoria conviven historias dolorosas y otras profundamente gratificantes. “En una de mis primeras intervenciones, tuve que sacar del vehículo a un bebé que había fallecido en un accidente. Fue muy movilizador”, contó.

Entre el dolor y la esperanza: las intervenciones que marcaron su carrera

Por otra parte, otro de los momentos que dejó una huella en su carrera tanto profesional como persona, fue el incendio en un galpón de la feria de Guaymallén, donde resultó lesionada tras la caída de un portón metálico mientras combatía las llamas. “Recuerdo que mis compañeros levantaron el portón y me sacaron arrastrándome. Uno de mis compañeros se quemó las manos y otro el brazo. La verdad es que actuaron muy rápido”, comentó.

Sin embargo, recordó que en aquel momento no sabía si seguía con vida o no, hasta que en un momento comenzó a sentir la temperatura del portón. “Gracias a la utilización del equipo personal, tanto el casco, el equipo y la máscara de respiración, me salvé”.

Pero también vivió momentos luminosos: “Ingresé a un departamento en llamas y logré rescatar con vida a una nena de tres o cuatro años. Me saqué mi equipo de respiración y se lo puse a ella para que no se intoxicara. Gracias a Dios la pudimos sacar con vida. Esas son las verdaderas recompensas”.

Ser mujer en un cuartel mayoritariamente masculino no fue sencillo. “Cuando ingresé, había solo dos mujeres. Fue difícil hacerse un lugar, pero no imposible”, manifestó. “A veces uno quiere competir con los hombres, pero por una cuestión de fuerza física no estamos en igualdad de condiciones. Sin embargo, con maña y experiencia se puede llegar al mismo resultado. Con los años aprendés, te capacitás, y eso nos hace muy competitivas y resolutivas”.

El cambio cultural, asegura, se nota. “Antes nos veían como un problema. Hoy hay mucho más compañerismo. Saben que podemos realizar la misma labor que ellos. Con el tiempo todo evolucionó favorablemente”.

Fuente y fotos: www.sitioandino.com.ar