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La Unidad de Drones de Bomberos de Tenerife cumple tres años

La Unidad de Drones de Bomberos de Tenerife cumple tres años de actividad

La Unidad de Drones del Consorcio de Bomberos de Tenerife cumple tres años de actividad desde su creación a finales de 2022 y consolida un modelo operativo que combina aeronaves con cámaras térmicas y equipos FPV para intervenciones de alto riesgo. Su piloto David Dios explica que el uso de estas herramientas «duplica la superficie de búsqueda», permite operar de noche y, en situaciones concretas, acelera rescates que «se resuelven en dos horas» cuando, sin apoyo aéreo, podrían prolongarse toda la noche. «Tenemos comunicaciones con la torre como si fuéramos un avión más», resume sobre la coordinación con los aeropuertos de la isla.

«Ahora mismo está compuesta por 11 pilotos», señala Dios, con «tres drones más avanzados, con cámaras térmicas, capacidad de búsqueda y demás», además de un programa específico con drones FPV —los que se vuelan con gafas— implantado «hace aproximadamente un año» como experiencia piloto para exploraciones en interiores y escenarios complejos. La meta es clara: introducir la aeronave antes que a un bombero cuando el riesgo es máximo.

Búsquedas, incendios y apoyo nocturno

Los aparatos de mayor porte (en torno a 1,2 kilos de masa) operan con climatología «complicadilla», con alto viento y demás. El empleo principal está en búsquedas, gracias a la cobertura de grandes superficies y a los focos y cámaras térmicas que habilitan misiones nocturnas. También se usan para inspección y evaluación de incendios, desde estructurales hasta grandes superficies, incluso forestales en coordinación con Medio Ambiente.

Localizar y guiar desde el aire en anaga

Dios recuerda un rescate en la zona de Anaga, de difícil acceso y nocturno. «Volamos en este caso con térmica», localizaron a las personas y, mediante el altavoz del dron, les indicaron que permanecieran en el lugar. Después, guiaron «desde el aire por donde estaba el sendero» a los equipos terrestres hasta el punto exacto. «El rescate que previsiblemente podía haber durado toda la noche, se resolvió en unas dos horas aproximadamente.»

Cada aeronave ofrece aproximadamente 31 minutos por batería —en la práctica, pueden bajar a 25—, por lo que los equipos despliegan siete baterías para asegurar más de dos horas de autonomía operacional. Las misiones se planifican con tiempos de descanso de los pilotos y, cuando es necesario, se activan varios drones a la vez o maniobras con otros equipos de drones de la isla para ampliar el barrido. «Hasta ahora ha ido bastante bien», dice sobre la suficiencia del sistema.

Coordinación aérea y permisos: urgencias vs. vuelos ordinarios

Para actuaciones urgentes cerca de aeropuertos, «tenemos coordinaciones con el aire para los dos aeropuertos de Tenerife», de modo que «tan solo con llamar a la torre de control» intervienen dentro de las medidas de seguridad y «con la coordinación como si fuéramos un avión más». En zonas urbanas, las intervenciones se encuadran como vuelos «no EASA», para los que «también estamos habilitados». En operaciones ordinarias, en cambio, rigen «permisos, plazos reglamentarios y demás» como cualquier operador.

«La intención del consorcio es ir equipando tanto con pilotos como con equipamiento de drones, para que sea una herramienta más de la dotación de salida», explica Dios. «La intención final es que cualquier bombero tenga la capacidad de coger el drone que iría en el vehículo y ponerse a hacer funciones de operación de drones durante el servicio que se requiera», sin perjuicio de que, cuando la misión lo pida, «acudamos desde otros parques» para operar con «varios equipos» a la vez.