Ñuble.- Tras el incendio que afectó hace dos semanas a la Reserva Ñuble, en la comuna de Pinto, consumiendo 209 hectáreas de bosque nativo, el director de la Conaf, Domingo González, advirtió durante varios de los siguientes días sobre la alta probabilidad de que este verano sea de alto riesgo, por las condiciones climáticas que se pronostican y la alta masa combustible que se ha ido acumulando durante el año.
Es un error, sin embargo, suscribir los altos riesgos a las zonas de bosques y rurales de la región, ya que al alto número dezonas de interface (campo-ciudad) que se han catastrado en las zonas urbanas y semiurbanas de Ñuble y que generalmente suelen ser focos de incendios durante estas estaciones, Bomberos tiene un problema adicional y con el que no contaban. No al menos hasta abril de este año.
“Con el Covid, el tema es complejo, ya que nuestra dotación bajó, fácilmente, a la mitad, es decir, contamos con cerca del 50% menos de personas para realizar nuestras labores”, explica el primer comandante de Bomberos Chillán, Gustavo de la Fuente.
“Y esto se debe a que algunos se restaron a la actividad bomberil por autocuidado, por sus familias, por razones de salud y otras que, por cierto, nos parecen legítimas”, añade.
Por tal razón la preocupación que existe en la entidad de rescate se basa en que de repetirse un año como el de la temporada 2016-17, la capacidad de responder ante emergencias paralelas concitadas en la ciudad, como accidentes e incendios estructurales, podría encontrar a Bomberos Chillán con una cantidad más que limitada para actuar.
“Ese año fue muy complejo para Chillán, debido a las contingencias que estaban desarrollándose en distintos puntos de la región. Tuvimos que dejar en la ciudad solo tres máquinas para una eventual emergencia no relacionada con los incendios, y eso es muy poco, Por ejemplo, si se presenta un incendio de gran magnitud, tres carros sencillamente no bastan”, advierte el comandante.
De la Fuente recuerda que para ese verano, además marcado por las actuaciones de los aviones Supertánker, Hércules y el Ilyushin, debieron prestar colaboración a las brigadas forestales de Conaf, simultáneamente en San Nicolás, en Portezuelo, en Pinto, Quinchamalí, Coihueco y Santa Clara.
“El trabajo que hizo Bomberos fue extenuante, por lo tanto con el pasar de los días, empezamos a tener cada vez menos voluntarios,porque las tres primeras jornadas, fácilmente tuve cerca de 80 voluntarios a disposición, pero después ellos se encontraron con que debían seguir con sus trabajos y con el resto de sus obligaciones”.
Y en forma paralela se recibieron llamados de alerta por incendios en interfaces en la intercomuna, como uno en la villa Doña Francisca, que se repitió al menos tres veces en dos días, dando pie a la tesis de un pirómano.
Fuente y foto: www.ladiscusion.cl