Historias de Bomberos

Bomberos de Argentina 22 / 09 /2017

Bombero postergó una operación para combatir los incendios de las sierras


Córdoba.- Gabriel Molina tiene 53 años y 35 como bombero voluntario de La Falda, a unos 90 kilómetros de la capital provincial. Hace varios días que no duerme porque los incendios en las sierras no dan tregua. Mientras dialoga con LA NACION dice que cuando su médico se entere lo va a retar. Gabriel tiene cáncer de colon y ayer debía haberse operado.

«Dieron mal unos valores en los análisis, por eso se suspendió la cirugía -dice-. El médico ya me pidió que no me estrese, que no me «extenue». Pero esto es más fuerte. ¿Cómo me voy a quedar en mi casa mientras los demás trabajan?».

La lluvia les dio una tregua a los bomberos; varias dotaciones trabajaron tres días seguidos combatiendo las llamas en Punilla que ayer, con vientos de casi 100 kilómetros por hora, se complicaron. «Es un alivio el agua; estuvo muy difícil», comenta Gabriel que desoyó a su médico.

En el cuartel de La Falda son 43 bomberos y seis aspirantes. Él y otros tres cobran una beca de la Provincia para coordinar al resto, son $6500 mensuales; es jefe. «Somos los únicos que tenemos esa asignación, igual tenemos que hacer otra cosa para poder vivir; elegimos ser voluntarios y es lo que hacemos».

Asegura que es difícil explicar por qué, pese a su problema de salud, opta por ir al frente y enfrentar las llamas. «No se puede decir claro; es más fuerte que uno, como los jugadores que no pueden dejar de salir a la cancha. Me siento bien, mis compañeros la están peleando, no me puedo quedar sin hacer nada».

El trabajo, la clave

La cirugía se pospuso diez días porque los análisis no dieron bien; al cáncer se lo detectaron en enero, sigue el tratamiento pero no deja de trabajar. «Menos en estos meses, que son muy difíciles para el fuego».

«Estar acá también es una manera de despejarme, de pensar en otra cosa. La familia se enoja pero es más fuerte que uno». En las sierras comandó a 180 bomberos en el operativo de Punilla.

Sabe que los médicos le van a reprochar que haya afrontado el calor extremo de las llamas, el humo y los vientos, pero no se preocupa. «No íbamos a dejar que se quemara todo».

fuente y foto: www.lanacion.com.ar