CABA.- El presidente del Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios, Carlos Ferlise, aseguró que tras el incendio del depósito de Iron Mountain –donde perdieron la vida tres voluntarios y seis bomberos de la Policía Federal– “se repotenció” la solicitud de inscripción al cuerpo, al punto de que “se tuvieron que rechazar algunas” por no contar con la cantidad de equipamiento necesario para aprovisionar a todos los aspirantes.

“Después de lo de Iron Mountain se repotenciaron los pedidos y en algunos cuarteles tuvimos que cerrar la inscripción, porque no podemos aceptar aspirantes si no podemos después equiparlos como corresponde: cada bombero lleva unos 6.000 dólares en equipos certificados”, precisó.

En el Día Nacional del Bombero Voluntario que se conmemoró ayer, Ferlise aseguró que este tipo de gestos demuestra que “la sociedad argentina es muy solidaria”, insumo fundamental para una institución que “cubre el 85 por ciento de los servicios contra incendios en todo el país” y lo hace de manera totalmente ad honórem.

El 5 de febrero del año pasado se escribió una de las páginas más tristes de la historia del sistema nacional de bomberos: ese día perdieron la vida seis bomberos de la Policía Federal, tres voluntarios y un rescatista de Defensa Civil en el incendio y posterior derrumbe del depósito que la firma de gestión de archivos Iron Mountain tenía en el barrio porteño de Barracas.

Pero este duro golpe a la institución “en absoluto” trajo consigo bajas en el número de voluntarios, sino todo lo contrario.

“En promedio, tuvimos un 30 por ciento más de solicitudes de ingreso en todo el país, pero no se han aceptado todas las solicitudes por falta de equipos, lo que se dio mucho en el Gran Buenos Aires”, apuntó.

“Es increíble la cantidad de llamados que hemos tenido los días posteriores a la tragedia, los teléfonos estaban al rojo vivo”, afirmó Ferlise, quien destacó en especial el interés de los jóvenes por ingresar en el cuerpo.

Con 50 años como bombero, el presidente del Consejo perdió “muchos compañeros” en el ejercicio de la profesión, pero cada vez que esto ocurre “nuestra comunidad se fortalece: nunca renunciamos y seguimos trabajando para que no vuelva a suceder”.

Por su parte, el padre de Sebastián Campos, uno de los dos bomberos voluntarios del cuartel de Vuelta de Rocha fallecidos en la tragedia de Iron Mountain, aseguró que para los familiares “es un poco más duro” el sentido de la fecha que se conmemora hoy, “pero tenemos que seguir”.

Bombero desde hace 48 años, Jorge Campos no pudo impedir que ya a los 12 años, y queriendo seguir sus pasos, su hijo mayor, Sebastián, ingresara también en el cuartel. Poco después haría lo mismo su hijo menor, Lucas, con quien siguen compartiendo tareas profesionales.

“Ellos quisieron abrazar la misma profesión que yo pero a pesar de mí, porque sabía cuál era el riesgo: uno trata de protegerlos pero ellos ya lo habían decidido. Yo pensé: ‘A lo mejor se les pasa siendo cadetes’, pero no fue así”, reseñó emocionado

De su hijo, fallecido a los 34 años y dejando huérfana a una bebé recién nacida, recuerda que “siempre fue muy solidario”.

Aunque fue la fatalidad la que hizo que justo estuviera de guardia el día de la llamada de emergencia que convocaba a las unidades al depósito de Azara 1245.

“Hacía una semana que estaba adentro, de guardia; yo le dije que lo iba a buscar, que se quedara un poco con la madre, pero me dijo que se quedaba un día más, que fuera a buscarlo el jueves, pero la tragedia pasó el miércoles”, contó.

“Fue la corrupción la que mató estos chicos porque el incendio fue provocado por alguien y queremos los responsables, no a los perejiles”, agregó.

Entre los logros más importantes conseguidos este año pueden mencionarse los avances en la construcción del primer Centro de Entrenamiento para Bomberos –el primero en su tipo en Sudamérica– y la aprobación de una Nueva Ley de Bomberos Voluntarios para otorgarles más recursos y beneficios.

fuente: ww.diariobae.com