Los bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza cuentan ya con unos vehículos de intervención rápida que facilitan tremendamente su labor. Cada parque, según aseguraba hace unos días el inspector jefe del cuerpo, Eduardo J. Sánchez, ha incorporado uno de estos modelos de todoterreno cuya principal característica es la incorporación de un completo kit, desplegable en su parte trasera, para atender los primeros momentos de casi cualquier situación.

El Sistema Provincial de Extinción de Incendios (SPEI) de la DPZ cuenta con 16 parques, y según Sánchez cada uno cuenta con uno de estos vehículos, cuyo coste solo en el equipamiento ha supuesto un desembolso de 40.000 euros.

El objetivo de estos vehículos no es solucionar las emergencias, sino poder controlarlas hasta que llegue el tren de ataque completo, en unos momentos en que los primeros instantes son vitales. Con una población tan dispersa como la que se da en la provincia, poder mantener tiempos de respuesta inicial de entre 30 y 35 minutos es «vital», explicaba el inspector jefe del SPEI.

Así, el coche despliega en su parte trasera un equipo de primeros auxilios médicos, herramientas para desencarcelar, un desfibrilador, un equipo de rescate en altura y en agua, una cámara térmica o una bomba de extinción básica. Permite además que no solo vaya el jefe de la agrupación en el vehículo de mando, sino que lleve un compañero, con lo que ambos pueden planificar mejor la atención.

En una situación tipo, explicaba Sánchez, los primeros llegados podrían retener a un caído a un río, hasta que llegaran todas las unidades a rescatarlo. O abrir un primer camino en un incendio para llegar hasta alguien atrapado. Con los medios del coche no se podría apagar –habría que esperar a los camiones nodriza–, pero sí proteger a la víctima y darle oxígeno hasta que se pudiera salir con seguridad del lugar. Sus 90 caballos de potencia permiten trasladar todo el peso a velocidad adecuada.

Fuente y foto: www.elperiodicodearagon.com