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Bomberos de España 02 / 01 /2016

Si los voluntarios no actúan rápido se nos quema la manzana entera


«Si no es por los voluntarios se nos quema la manzana entera». La Bañeza vivió el cambio de año con sobresalto y temor. Poco antes de las diez de la noche del jueves un incendio se desató en la planta superior de un edificio, ubicado en la céntrica calle del Reloj. Al parecer las llamas comenzaron de forma fortuita, pudiendo estar el origen en un cortocircuito de una regleta. En el momento en el que comenzó el siniestro los moradores de la vivienda no se encontraban en casa, de modo que fue el humo y el fuego los que alertaron de que algo estaba ocurriendo.

Los bomberos voluntarios de La Bañeza fueron los primeros en personarse en el lugar tras recibir el aviso. Aún no eran las diez de la noche. Sin embargo, la virulencia del suceso, las enormes llamas y que el incendio comenzaba a propagarse por los tejados obligó a desplazarse hasta La Bañeza a los bomberos de León que llegaron poco después de las once. Algunas fuentes señalaron que los voluntarios de la ciudad lograron controlar el fuego aunque los profesionales tuvieron que afanarse para darlo por extinguido. Tanto que las labores se prolongaron hasta pasada la 1 de la madrugada.

Las llamas calcinaron por completo el edificio de dos plantas donde se originaron, destruyendo el techo, el piso y dejando inservible la estructura. Además, causaron serios daños en una casa colindante, a donde el fuego pasó, previsiblemente, por el calentamiento de las vigas de madera. En este caso, el suceso también provocó graves desperfectos en un negocio ubicado debajo, debido, entre otras cosas, a que el agua acumulada en la parte superior para sofocar las llamas comenzaba a abombar el techo.

La virulencia del siniestro no se quedó aquí y una vez que los bomberos de León habían emprendido de nuevo el camino de vuelta, los voluntarios de La Bañeza —que no cesaron en su empreño hasta las siete de la mañana de ayer— comprobaron como el fuego se reactivó y comenzó a afectar al tejado de otro inmueble aledaño. La rápida intervención logró atajarlo sin que se produjeran más daños que sumar a un balance que terminó con un edificio calcinado, otro con serios daños y provocando desperfectos importantes en un negocio, y un tercer inmueble más, afectado en el tejado.

Pena y mucha impotencia eran los sentimientos que más afloraban ayer entre los bañezanos y afectados que, al mediodía, aún comprobaban el resultado de lo ocurrido. Contaban a pie de calle que «si no es por los voluntarios el balance hubiera sido mucho peor. Hicieron una labor chapó». Una alabanza generalizada, sin quitar la vista de la estampa. La colaboración, además, se convirtió en un elemento clave durante una de las Nocheviejas más amargas que se recuerdan en la ciudad. La voracidad de las llamas llevó incluso a un vecino de un edificio de enfrente, con más altura, a guiar a los voluntarios en la dirección concreta del fuego.

Desolación y una reivindicación unánime. En la calle, recién estrenado 2016, el suceso volvió a poner sobre la mesa la eterna exigencia de la necesidad de los parques comarcales con bomberos profesionales. Un petición que desde los ciudadanos como desde la institución municipal se materializó sin tapujos. «Siempre pagamos los mismos», subrayaron. «Hoy son estas familias pero mañana pueden ser otras», argumentaron. Y es que poner fin a esta realidad ya se ha convertido en una urgencia. «Los políticos deberían ponerse de acuerdo una vez, dejar los colores a un lado y remar en la misma dirección para que esta tierra cuente con profesionales», explicó otro vecino.

 

fuente: www.diariodeleon.es/