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Los incendios de coches eléctricos tienen los días contados

Los incendios de coches eléctricos tienen los días contados

Los coches eléctricos traen muchas ventajas, pero también un problema serio para los bomberos: cuando una batería entra en fuga térmica, las temperaturas superan fácilmente los 1.000 ºC, liberando gases tóxicos y provocando llamaradas a presión difíciles de controlar. A diferencia de un motor de combustión, no basta con echar agua al capó para apagarlo.

Por eso, dos bomberos de Naperville (Illinois), Danny Puknaitis y Michael Jost, decidieron inventar una herramienta a la medida de este riesgo: la “Poseidon Nozzle”, una lanza ligera de aluminio aeronáutico que se conecta a una manguera y se desliza bajo el coche, echando agua directamente al paquete de baterías.

A grandes males, grandes remedios: cómo funciona la Poseidon Nozzle
“Si abres un paquete de baterías de Tesla, parece un conjunto de 8.000 pilas AA”, explicaba Jost en una entrevista con NCTV17. “Cuando una empieza a fallar, se calienta y arrastra a las demás. Primero escuchas chasquidos y silbidos; después, ves llamaradas a presión que no se parecen a nada de lo que conocíamos en el servicio de bomberos”.

El diseño plano y perforado de la Poseidon Nozzle permite introducirla sin levantar el vehículo, incluso en sitios complicados como aparcamientos subterráneos. En cuestión de segundos, empieza a enfriar de manera uniforme la batería desde su punto más crítico, algo que reduce riesgos para los bomberos y evita que el fuego se propague a otros coches.

Aunque los incendios de eléctricos son espectaculares y muy mediáticos, las cifras dicen otra cosa: según los propios bomberos de Naperville, en la región solo 25 vehículos eléctricos de cada 100.000 vendidos se incendian, frente a los más de 1.500 por cada 100.000 vehículos de combustión interna.

La diferencia está en que, cuando un eléctrico arde, las consecuencias pueden ser mucho más complicadas. “Si ocurre en un garaje subterráneo, la chispa inicial puede convertir un coche ardiendo en un incendio con media docena de vehículos implicados”, recuerda Puknaitis.

Un invento nacido en primera línea

La lanza no nació en un laboratorio, sino en la práctica diaria. Puknaitis cuenta que todo empezó mientras aprendía a soldar, con prototipos que llegaron a pesar más de 40 kilos y eran imposibles de manejar. Hoy, la Poseidon Nozzle pesa apenas 8 kg y se ha convertido en un equipo operativo en diferentes cuerpos de bomberos de Estados Unidos y otros países como Canadá, Reino Unido, Israel o México.

Aunque nació para enfrentarse a incendios de baterías, la Poseidon Nozzle ha demostrado ser útil en otros escenarios: desde apagar incendios en coches de combustión con personas atrapadas hasta servir como ducha improvisada de descontaminación para los propios bomberos, un detalle clave teniendo en cuenta la exposición a carcinógenos tras cada incendio urbano.

No es la única solución en el horizonte

La Poseidon Nozzle se suma a otros inventos pensados para el mismo problema. Hyundai, por ejemplo, ha desarrollado la EV-Drill Lance, una lanza perforadora diseñada para uso en buques de transporte de coches eléctricos. Su sistema taladra los bajos del coche y rocía agua directamente sobre las baterías, reduciendo el tiempo de extinción de horas a apenas 30 minutos.

Cada nuevo dispositivo abre interrogantes, pero también marca un paso en la dirección correcta: encontrar formas más rápidas y seguras de controlar el riesgo que plantean las baterías de litio cuando fallan.

Los coches eléctricos no arden más que los de combustión, pero cuando lo hacen, los bomberos necesitan nuevas armas. La Poseidon Nozzle es una de ellas, y lo más interesante es que no viene de un gran fabricante, sino de quienes se juegan la vida apagando el fuego.

Fuente y foto: www.motorpasion.com