El pasado 17 de agosto, una vivienda ubicada en la colonia Las Margaritas explotó y se incendió debido a una fuga en un tanque estacionario.

Al lugar llegaron siete elementos del Departamento de Bomberos y personal de la Policía Municipal. A cuatro días de lo ocurrido, a los bomberos que sofocaron el fuego se les acusa de haber robado un teléfono celular de la vivienda, cuyos propietarios acudieron a la Estación Colón para pedir los nombres de los oficiales e interponer una denuncia ante el Ministerio Público.

Los bomberos niegan los cargos que se les imputan. «Cuando atendemos un servicio no nos fijamos si hay o no algo. Nos enfocamos a tratar de apagar el fuego o rescatar a las víctimas», destacó uno de ellos.

Cabe mencionar que en cada servicio los elementos arriesgan la vida. En el servicio de la vivienda de Las Margaritas, tuvieron que ingresar con equipos de respiración autónoma por que había mucho gas acumulado. En un momento dado se tiraron todos al suelo por el riesgo de que volviera a haber una explosión.

En ese incendio se perdió toda la cocina con artículos electrónicos, daños en dos habitaciones y un gato murió intoxicado. Fueron daños materiales de mucha consideración, que pudieron ser peores sin la labor de los tragahumo.

Se buscó a Alberto Porragas, director de Protección Civil para preguntarle al respecto, pero por lo regular el fin de semana convive con su familia. «Él dijo que iba a caer quien fuera y que si el Ministerio Público nos encontraba culpables, iba a corrernos».

Manifestaron que esta situación es incómoda y que están «agüitados» por que aunado a las condiciones laborales que tienen, la falta de equipo o viejo, la falta de uniformes, estímulos, no pago de horas extras y hasta hostigamiento laboral, se suma esta situación.

«Tememos por nuestro trabajo por que de esto viven nuestras familias». Por desgracia es frecuente que los acusen y en esas situaciones permiten que los «esculquen» para demostrar que no fueron ellos.

fuente y foto: www.milenio.com